Por: Dra. Nieves Altamirano Peceros
Servicio Psicológico de la FCCTP
El retorno a clases puede dar la sensación de que hemos regresado a la normalidad. Lentamente, algunas actividades cotidianas regresan a nuestra rutina y las personas, en especial los jóvenes, expresan una exagerada autopercepción de buena salud que limita su autocuidado y el cuidado de los demás.
No hay que olvidar que seguimos viviendo en medio de una pandemia. A pesar de que las estadísticas están bajando, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hace unas semanas el aumento de casos de COVID-19 en el mundo. Asimismo, ha detectado la existencia de la variante deltacron, una cepa sumamente contagiosa que combina la variante delta y ómicron.
Las medidas sanitarias se empiezan a relajar. La guerra en Ucrania, la elevación del precio de los alimentos y el desequilibrio económico han desviado la atención mundial. Esto da la sensación de que el riesgo también ha bajado. Sin embargo, recordemos que las pandemias duran en promedio entre 4 a 5 años y estaríamos en la mitad de esta. En conclusión, la pandemia está lejos de terminar.
¿Cuán grave puede ser la variante deltacron?
Esta respuesta la darán las estadísticas futuras. Debido a la combinación de dos variantes, aún no se conoce su repercusión. Es probable que las cifras vayan elevándose.
El virus va evolucionando, se transforman para vivir el mayor tiempo posible en el organismo humano. La combinación de las variantes delta y ómicron combinan sus características más saltantes: el ómicron complica las vías respiratorias , mientras que delta es muy contagiosa y tiene mayor capacidad de causar una forma grave de la enfermedad.
Este virus ha sido reducido a 3 días de malestar promedio y parece que no es necesario guardar cama . Por ello, no se le da mayor importancia. Los síntomas que se presentan son dolor de cabeza, fatiga, dolor de garganta parecido a una faringitis, secreción nasal, fiebre y pulso elevado, cierto dolor muscular, estornudos y tos.
Probablemente, tú que eres joven sientas que has pasado por situaciones similares a un resfriado y no has tenido nada que lamentar. Sin embargo, si no te cuidas, puedes contagiar. Este cuadro clínico aparentemente sencillo puede agravarse en personas mayores y de alto riesgo. Por ejemplo, los que tienen problemas de salud preexistentes y las personas inmunodeprimidas. Si se contagian, ellos sí pueden morir.
Por otra parte, entramos en otoño y comienza el frio; este escenario es propicio para el contagio. Solo es necesario que una persona se enferme para contagiar a toda la colectividad. La universidad es también un espacio propicio de infección si no se respetan los protocolos vigentes.
Por ello, necesitamos promover una cultura de prevención de la COVID-19 al interior de la comunidad universitaria que propicie la participación y la responsabilidad social de los universitarios, docentes, administrativos y demás actores que la conforman. De esta manera, se podrá favorecer de manera equitativa el desarrollo humano y la calidad de vida de los universitarios.
Adopta comportamientos protectores de tu salud y actúa con responsabilidad social. Vacúnate para protegerte y proteger a los demás.