Si tu vida es sedentaria, prefieres la comida chatarra y te sientes mal emocionalmente, este artículo es para ti.
Por: Dra. Nieves Altamirano Peceros
Servicio Psicológico de la FCCTP
La pandemia ha generado nuevos estilos y hábitos de vida con conductas no saludables entre algunos estudiantes. Hay quienes escuchan clases en pijama o pasan largas horas en su celular echados sobre la cama y únicamente se levantan para saciar su hambre con comida chatarra generalmente.
Han pasado más de dos años desde que la COVID-19 nos enclaustro y estos hábitos continúan manteniéndose: la falta de ejercicio o sedentarismo, la limitada socialización, el sobrepeso, entre otros. ¿Qué relaciona estas conductas con la diabetes? La respuesta es muy simple. El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo para la aparición de la diabetes. Si eres un joven que realiza menos de 90 minutos de actividad física semanal, eres una persona inactiva o sedentaria.
Esto puede provocar un aumento en la probabilidad de padecer sobrepeso u obesidad. También duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial y la diabetes tipo II.
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo. En el Perú, la tasa de prevalencia se ha incrementado entre 2002 y 2018 en más de 10 veces, de 2.2 a 22.1 casos por cada 100 habitantes.
Esta enfermedad se caracteriza por una elevación de los niveles de glucosa en la sangre. Esto puede ocasionar complicaciones que afecten la retina, el riñón, el sistema nervioso o el corazón, entre otros. Datos recientes indican que existe una estrecha relación entre la COVID-19 y la diabetes mellitus. Su inicio es silencioso mientras que la sensación de sed es constante, además el apetito excesivo puede provocar ansiedad e irritabilidad, cansancio y debilidad constante.
Durante la pandemia de COVID-19, se ha demostrado que realizar actividad física regularmente puede ayudar psicológicamente a las personas porque fomenta actitudes y pensamientos positivos. También ayuda a mantener las habilidades para pensar, aprender y tener buen juicio. Por último, puede reducir el riesgo de depresión, ansiedad y favorece el dormir mejor.
Ten presente que el azúcar es lo primero que debes eliminar de tu dieta para reducir el estrés, así como los edulcorantes artificiales. Igualmente, puedes calmar la ansiedad por comer algo dulce con frutos secos (higos o dátiles), frutas (mandarinas, fresas y plátanos) o algo de chocolate sin caer en el exceso.
Evitar estos riesgos es sencillo. El “vivir el presente con calma” es factible si se comienza a practicar actividad física, ya sea deporte, caminata o danza. Intenta mejorar tu dieta alimenticia, reducir el consumo de harinas refinadas, limitar las golosinas, gaseosas y otros productos que reemplacen los alimentos que necesitamos y son muy importantes como nutrientes.
¡Tu salud es lo primero!