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Seis décadas de la canonización de Martín de Porres

Este acontecimiento histórico se produjo el 6 de agosto de 1962.

Este 2022, San Martín de Porres, santo patrón de nuestra casa de estudios, cumple 60 años de su canonización. El papa Juan XXIII fue impulsor de este importante suceso que se produjo el 6 de agosto de 1962 en el Vaticano.

Sin embargo, este proceso no fue nada sencillo y tomó varias décadas. En un principio, la Iglesia Católica encargó a la Sagrada Congregación de Ritos evaluar al candidato. Antes de ser santo, San Martín de Porres fue nombrado beato en 1837. Para ser beatificado, el candidato debe haber realizado dos milagros comprobados de acuerdo con los procesos apostólicos.

En su caso, se aceptaron dos milagros relacionados con la sanación de dos enfermos. El primer testimonio fue el de Elvira Moriano, quien se encontraba a punto de perder la visión en el ojo derecho tras un accidente. El segundo milagro, comprobado por al menos cinco personas, fue el del niño Melchor Varanda. Él cayó del techo de su casa en Lima y se rompió el cráneo. Los médicos no le daban esperanzas de vida; no obstante, su madre lo encomendó a San Martín de Porres y, un día después de este diagnóstico, el pequeño se levantó como si nada hubiera pasado

Para su proceso de canonización, la Sagrada Congregación de Ritos también aceptó dos milagros. El primero de ellos ocurrió en 1948, en Paraguay. Una anciana de 89 años había sufrido un infarto y los doctores le pronosticaron pocas horas de vida. Su hija, que se encontraba en Argentina, le rezaba al santo limeño por la salud su madre. La familia inició los arreglos de su funeral, pero, al día siguiente, la octogenaria mujer despertó sana.

Años después, en Tenerife, en 1956, un niño de nombre Antonio Cabrera Pérez estaba a punto de perder su pierna izquierda debido a una gangrena. Un amigo de la familia entregó una reliquia y una imagen de San Martín de Porres a la madre. Ella pasó ambos objetos por encima de la pierna del menor y rezó para que no la perdiera. Luego de dos días de intensas oraciones, esta volvió a su estado natural.

El papa Juan XXIII dio a conocer la valía del popular santo de la escoba aquel 6 de agosto de 1962. “Martín, con el ejemplo de su vida, nos demuestra que es posible conseguir la salvación y la santidad por el camino que Cristo enseña: si ante todo amamos a Dios de todo corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente; y, en segundo lugar, si amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos”, aseguró.

Finalmente, precisó que, gracias sus acciones, San Martín de Porres obtuvo el respeto y la devoción de gran parte de la sociedad. “La dulzura y delicadeza de su santidad de vida llegó a tanto que durante su vida y después de la muerte ganó el corazón de todos, aun de razas y procedencias distintas; por esto nos parece muy apropiada la comparación de este hijo pequeño de la nación peruana con Santa Catalina de Sena, estrella brillante también de la familia dominicana, elevada al honor de los altares hace ya cinco siglos: ésta, porque sobresalió por su claridad de doctrina y firmeza de ánimo; aquél, porque adaptó sus actividades durante toda su vida a los preceptos cristianos”.