Hiperderecho es una asociación civil peruana sin fines de lucro dedicada a investigar y promover el respeto de los derechos y libertades en entornos digitales. Además, realiza distintas iniciativas para que la internet se consolide como un espacio libre de intromisiones estatales y privadas al ejercicio de cualquier derecho.
Para conocer la opinión de esta institución respecto a la evolución del entorno virtual y los retos que enfrentamos como país tras la pandemia, Noticias FCCTP conversó con su director legal, Dilmar Villena. Él es abogado y su interés está enfocado en temas relacionados al derecho constitucional, así como libertades y derechos en entornos digitales. También se ha desempeñado como miembro del equipo de investigación de Gaceta Jurídica.
A raíz del inicio de la pandemia, el uso de plataformas virtuales se incrementó considerablemente. Al respecto, ¿cuáles son las principales oportunidades y amenazas que se han evidenciado?
Durante la crisis de la COVID-19, el uso de la tecnología creció de forma exponencial y no solo se empleó con fines específicos como sucedía hasta el 2020, sino que se convirtió en una herramienta fundamental para poder trabajar, estudiar o reunirse con amigos o compañeros. En ese sentido, los colaboradores de las organizaciones adquirieron habilidades digitales para desenvolverse en este nuevo contexto. Anteriormente, solo 5 de cada 100 personas sabían emplear Zoom, pero hoy la realidad es otra. Lamentablemente, Perú tiene una brecha digital muy grande y no cuenta con la infraestructura necesaria para brindar internet a todos los rincones de la sierra y la selva.
En una coyuntura polarizada como la que vive nuestro país, surgen dos interrogantes: ¿a qué se denomina libertad de expresión? ¿Cómo se maneja, desde el derecho, el tema de la libertad de expresión en redes sociales?
La libertad de expresión es un derecho humano fundamental que se encuentra citado en los tratados internacionales, a fin de garantizar que la ciudadanía pueda manifestar su posición en torno a un tema o realizar diferentes críticas con total independencia. Aquellas personas que desean dar a conocer sus opiniones a través de internet tienen la posibilidad de utilizar plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, TikTok o blogs.
Sin embargo, las redes sociales han sido desarrolladas por personas que no necesariamente permitirán que se visibilicen todas las opiniones y es ahí donde inicia un nuevo debate: ¿mi libertad es o no aceptada en el entorno digital? En caso de que una red social no acepte mi opinión, puedo buscar otro medio de comunicación o puedo empezar a crear un espacio en el que tenga la libertad de manifestar mis planteamientos.
Al final de la campaña presidencial, se vivió una coyuntura polarizada que generó gran tensión en la población, ya que la mitad de los peruanos apoyaba a un candidato, mientras que la otra parte se inclinaba por la alternativa política contraria. Muchas personas lanzaban afirmaciones como “Si no estás conmigo, estás en mi contra” o “Si no piensas como yo, eres un…”. Fueron momentos muy duros.
¿Se puede afirmar que el acceso a internet es un derecho fundamental?
Sí. El Congreso anterior se abocó al tema, pues un grupo de parlamentarios tenía la voluntad de incorporar el acceso a internet como un derecho fundamental en la Constitución Política del Perú. Sin embargo, la iniciativa no prosperó, ya que coincidió con el cambio de autoridades en el poder legislativo.
Es necesario que dicho proyecto se apruebe, debido a que toda persona que ingresa al mundo digital podrá ejercer otros derechos como el trabajo, la educación, el desarrollo de la personalidad y la creación de iniciativas empresariales. En México, el acceso al ciberespacio está contemplado en su Carta Magna desde el 2014, mientras que en Chile se viene discutiendo su aplicación a corto plazo.
¿Qué retos enfrentamos como país ante la amplia brecha digital que se registra en las regiones?
De acuerdo a diversos estudios, uno de los principales problemas es la falta de una adecuada infraestructura que permita conectar la costa, la sierra y la selva. Al respecto, es necesario precisar que nuestra accidentada geografía origina que este proceso de conexión digital sea lento, ya que la instalación y la puesta en marcha de proyectos de este tipo resultan sumamente costosas. Por otro lado, existen pueblos que tienen pocos habitantes y las empresas deciden dejarlos de lado. Sobre este punto, el Estado tendría que asumir dicho rol y proveer de internet a todos los peruanos.
¿De qué manera la ciudadanía puede comprometerse con el desarrollo digital del país? ¿Qué actores deben intervenir para que este sea seguro y accesible para todos?
Quienes trabajamos en el ámbito digital, somos conscientes de que no basta que el Estado brinde normas o dispositivos legales, pues existen diversos estamentos como las empresas privadas o la sociedad civil que podrían brindar sólidos aportes a fin de posibilitar que todo peruano cuente con acceso a internet.
Adicionalmente, la ciudadanía juega un rol preponderante en el desarrollo del entorno digital. Considero que deberían organizarse y participar en foros de discusión sobre la materia. Igualmente, podrían contactarse con aquellos legisladores que asumen esta causa como algo propio o con organizaciones que promueven la conectividad a nivel nacional.