El Dr. Alberto Alegre, director de la Escuela Profesional y Departamento Académico de Psicología, explica el actual impacto de las redes sociales en los adolescentes.
Los social media refieren al conjunto de plataformas a través de las cuales se difunden contenidos digitales. Estos, a su vez, son compartidos entre los usuarios y generan así un sistema de comunicación para comunidades de personas. Dentro de los social media, se encuentran las redes sociales, las cuales han irrumpido en la cotidianidad, revolucionando la interacción entre las personas a través de la generación y transmisión de texto, documentos, videos e imágenes por medio de aplicaciones (apps) o programas para PC, tablet o smartphone. A diferencia de los social media, las redes sociales permiten la interacción entre el perfil de un usuario y su audiencia (contactos, amigos, clientes, etc.) (Del Campo, 2022).
Para comprender la relevancia y las implicancias de los social media y las redes sociales en la vida de las personas, especialmente en sus usuarios más jóvenes, es importante aproximarnos a algunas cifras que nos permitan identificar las motivaciones que subyacen. De acuerdo con The Digital 2023 April Global Statshot Report (Kemp, 27 de abril del 2023), a nivel mundial, se identifican cinco principales actividades en torno al uso del internet en usuarios entre 16 a 24 años: búsqueda de información (60.1%), mantenerse en contacto con amigos y familiares (59.3%), visualizar videos, programas de TV o películas (57.8%), escuchar música (54.2%), y educación y estudio (52.4%). Asimismo, se destacan motivos adicionales como los siguientes: pasar el tiempo (41.8%), encontrar contenido (por ejemplo, videos) (33.4%), temas de actualidad o tendencias (31.0%), leer historias nuevas (30.1%), ideas sobre compras o actividades que realizar (27.7%) e influencers y celebridades (24.5%). En relación al ranking sobre las redes sociales más utilizadas según la cantidad de usuarios, se tiene que las siguientes lideran el mercado: Facebook (2963 millones), YouTube (2527 millones), WhatsApp (2000 millones) Instagram (2000 millones), Wechat (1313 millones) y TikTok (1092 millones).
Estas cifras reflejan el valor que tienen las redes sociales en la vida de las personas, más aún en los adolescentes, quien en su mayoría cuentan con un smartphone o una PC conectada a internet como medio de comunicación, información y difusión de contenido. Cabe resaltar que la adolescencia constituye una etapa del ciclo vital donde se llevan a cabo un conjunto de transformaciones importantes a nivel afectivo, cognitivo y social. Algunos patrones característicos de esta edad corresponden a la búsqueda de sensaciones, la baja valoración del riesgo, la oposición frente a las figuras de autoridad y la consolidación de la identidad, conductas que pueden ser explicadas por el proceso de madurez cerebral principalmente de la corteza prefrontal (Galván, 2017). Este conjunto de cambios, propios de la transición entre la niñez y la adultez, permite reconocer a los adolescentes como un grupo vulnerable o de riesgo en cuanto a su salud física y mental. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization, 2017) reportó que entre el 10% y el 20% de niños y adolescentes a nivel mundial experimentan problemas de salud. Dentro de este intervalo, los trastornos mentales más comunes son la ansiedad generalizada y la depresión, cuyas consecuencias adversas impactan en problemas de adaptación, riesgo en el abuso de sustancias, aprendizaje, educación e incluso suicidio (Keles et al., 2020).
Ahora bien, se pueden identificar beneficios y perjuicios en la salud y el bienestar por el uso de los social media y las redes sociales por parte de adolescentes. Entre los beneficios, estos permiten la comunicación y el sentimiento de conexión con otras personas con quienes comparten identidades, habilidades e intereses. Así, posibilita establecer y mantener amistades online y desarrollar conexiones sociales (Barry, et. al., 2017). Entre los aspectos negativos, se han identificado hábitos y conductas poco saludables como la pérdida o disminución de las horas de sueño, el alejamiento de la vida real y la adopción de una perspectiva poco realista de lo cotidiano, al dedicarle más tiempo al uso del smartphone en lugar de realizar tareas o actividades pendientes (Vannucci et al., 2020). Además, se encuentra un patrón de conducta entre quienes dedican más tiempo a las redes sociales y la experiencia de sentir mayor ansiedad y depresión. En nuestro país, como han reportado diversas investigaciones en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología, se cuenta con evidencias del impacto de las redes sociales, principalmente sobre el bienestar psicológico, dado que repercute negativamente en la autoaceptación, los vínculos sociales y los proyectos personales al tornarse en una adicción (Arias y Isidro, 2022). A nivel cognitivo, además, se cuenta con evidencia de que a mayor adicción a las redes sociales menor es la atención sostenida y selectiva en adolescentes (Palomino, 2021).
Actualmente la accesibilidad tecnológica, principalmente en los adolescentes, es mayor y viene incrementándose. Esto conlleva a que, para ellos, contar con una red social sea imprescindible para su socialización en la era digital. A través de esta, además, adoptan valores, conductas y actitudes que pueden coincidir o no con aquellos promovidos desde el hogar. Por ello, es importante la investigación nacional de la población de niños y adolescentes que favorezca intervenciones científicas para controlar el impacto negativo de las redes sociales a través del trabajo en conjunto con los padres, la familia y la escuela sobre el uso responsable, crítico y organizado de los social media. De esta manera, se conseguirá consolidar el desarrollo de las funciones superiores de autorregulación, garantizando así la autonomía y responsabilidad del individuo.
Referencias
Arias, K. y Isidro, D. (2022). Adicción a las redes sociales y bienestar psicológico en la generación Z de Lima metropolitana [Tesis de licenciatura]. Universidad de San Martín de Porres. https://repositorio.usmp.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12727/11506/ARIAS_SKM_ISIDRO_ADS.pdf?sequence=11&isAllowed=y
Barry, C. T., Sidoti, C. L., Briggs, S. M., Reiter, S. R., & Lindsey, R. A. (2017). Adolescent social media use and mental health from adolescent and parent perspectives. Journal of adolescence, 61, 1-11.
Del Campo, A. M. (26 de octubre del 2022). Las redes sociales más utilizadas cifras y estadísticas. Las Redes Sociales más utilizadas: cifras y estadísticas (iebschool.com)
Galvan, A. (2017). Adolescence, brain maturation and mental health. Nature Neuroscience, 20(4), 503-504.
Keles, B., McCrae, N., & Grealish, A. (2020). A systematic review: the influence of social media on depression, anxiety and psychological distress in adolescents, International Journal of Adolescence and Youth, 25(1), 79-93, DOI: 10.1080/02673843.2019.1590851
Kemp, S. (27 de abril del 2023). Digital 2023 April Global Statshot Report. The Global State of Digital in April 2023 (meltwater.com)
Palomino, R. (2021). Redes sociales y niveles de atención en estudiantes de 5° de secundaria de un centro educativo privado de Lima metropolitana, 2020. [Tesis de licenciatura]. Universidad de San Martín de Porres. https://repositorio.usmp.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12727/9762/PALOMINO_OR.pdf?sequence=1&isAllowed=y
World Health Organization. (2017). Maternal, newborn, child and adolescent health. http://www.who.int/maternal_child_adolescent/topics/adolescence/mental_health/en/
Tarazona, M. y Seperak., R. (2022). Inteligencia emocional y adicción a redes sociales en estudiantes de 4° y 5° de secundaria de Juanjui, San Martín, 2022 [Tesis de licenciatura]. Universidad de San Martín de Porres. https://repositorio.usmp.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12727/10360/TARAZONA_JM.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Vannucci, A., Simpson, E. G., Gagnon, S., & Ohannessian, C. M. (2020). Social media use and risky behaviors in adolescents: A meta-analysis. Journal of Adolescence, 79, 258-274.
Alberto Alegre Bravo (https://orcid.org/0000-0001-6331-6094) es doctor en Psicología y magíster en Neurociencias en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es psicoterapeuta cognitivo con especialización en Terapia Racional-Emotivo Conductual certificado por The Albert Ellis Institute de Nueva York, EE. UU.
Bajo su cargo, se encuentran la maestrías y doctorados que ofrece la Unidad de Posgrado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología (FCCTP) de la USMP, tales como la Maestría en Psicología del Trabajo y las Organizaciones, la Maestría en Psicología Clínica de Niños y el Doctorado en Psicología.
Para más información sobre estos programas de posgrado de la FCCTP, puede visitar: https://fcctp.usmp.edu.pe/site/programas-academicos/posgrado/