Testimonios FCCTP

Dana Lugo
bandera mexico
México
Ciudad de México
Una experiencia
sin fronteras

Conoce la historia de Dana Lugo, estudiante de la Escuela Profesional de Psicología, quien dejó en alto el nombre de la USMP en la prestigiosa institución mexicana.

Dana Lugo ingresó a la Escuela Profesional de Psicología de la USMP durante el semestre 2017-I. En cada clase demostró constancia, disciplina y actitud. Estas cualidades le permitieron ocupar los primeros lugares al final de cada ciclo y a ganarse el aprecio de sus compañeros, quienes siempre la vieron como un referente.

El camino a la internalización

Desde el primer día de clases, fue consciente de que debía complementar sus estudios universitarios con una pasantía en el extranjero. Ella transmitió esta inquietud a sus amigos y familiares, quienes le explicaron los beneficios de optar por este camino y la alentaron a tomar esta importante decisión.

“Más adelante, a través de las redes sociales de nuestra casa de estudios, tomé conocimiento de que la Oficina de Internacional ofrecía charlas en las que brindaba información sobre los procesos de postulación y las universidades que acogían a la comunidad sanmartiniana. En aquel momento cursaba el sexto ciclo y mi entusiasmo era inagotable”, comentó.

Luego de obtener la información necesaria, Dana tomó la decisión de postular a la Universidad Anáhuac, pues ofrece una de las mejores mallas curriculares de Latinoamérica y cuenta con una plana docente de primer nivel. Asimismo, había escuchado buenas referencias por parte de otros alumnos que habían estudiado de intercambio allí.

Con el respaldo del equipo de la Oficina de Internacional de la FCCTP USMP, pasó por entrevistas con el Servicio Psicológico, el director de la Escuela Profesional de Psicología y el decano de la facultad. En cada uno de estos encuentros, demostró que tenía todas las cualidades para obtener la plaza correspondiente y representar a nuestra universidad. Al cabo de un tiempo, recibió la aprobación de las autoridades y emprendió una aventura inolvidable.

Viviendo una experiencia sin fronteras

Tras haber sido aceptada, ella viajó a la capital mexicana y se estableció en Torres de Potrero, una zona rural que se caracteriza por contar con abundante vegetación. Igualmente, se encontraba cerca a diversas tiendas donde compraba útiles de aseo personal y a un mercado al que podía llegar a pie.

Poco después, estableció contacto con el equipo de la Oficina de Internacional de la universidad que la acogería los próximos meses. A los pocos días, conoció el campus que la albergaría por los próximos seis meses y tuvo la oportunidad de estrechar vínculos con jóvenes provenientes de países como Chile, China, Colombia y Francia.

Una vez que inició el ciclo, la futura especialista en Psicología Clínica demostró gran actitud y responsabilidad para cumplir con todos los desafíos académicos que se le presentaron. En especial, hubo dos materias que resultaron un desafío para ella y la marcaron: Salud Laboral y Promoción y Prevención de la Salud. “En el primer curso, comprendí cuán importante es promover una cultura de protección de los colaboradores de una organización. En cambio, la segunda asignatura contempla el rol que cumplen las campañas informativas para asegurar el bienestar de la ciudadanía y evitar que contraigan graves enfermedades. Desde el primer momento, ambos cursos se convirtieron en mis preferidos y son los que llevo en mi corazón hasta el día de hoy”, detalló.

México monumental

Si de turismo se trata, ella tuvo la suerte de visitar espacios icónicos como las Pirámides del Sol y la Luna, estructuras monumentales que se ubican al interior del Conjunto Arqueológico de Teotihuacán. También recorrió la casa de Frida Kahlo, el Bosque de Chapultepec y los Jardines de Xochimilco, donde realizó el clásico paseo en bote.

“Cada aventura me ayudó a compenetrarme más con mis compañeras. Cada vez que pactábamos una salida, ellas me recogían en auto, lo que considero un privilegio, y teníamos la posibilidad de explorar más lugares, calle y avenidas. Sin embargo, no pude salir de la capital, ya que la crisis del COVID-19 nos dejó totalmente paralizadas”.

Una mención aparte merece la variada gastronomía que degustó a diario. “En un inicio, el sabor de la comida me resultó un poco extraño, pues ellos acompañan todos sus platillos con una tortilla. Además, el chile o ají es un ingrediente fundamental en todas las mesas mexicanas. De esos sabores incomparables, me quedo con la cochinita pibil, que es un guiso elaborado en base a carne de cerdo adobada en achiote, envuelta en hoja de plátano y cocida dentro de un horno de tierra; el pozole, sopa elaborada en base a maíz; los tacos al pastor, que contienen carne de puerco marinada en una salsa que contiene chiles, especias, vinagre y piña”.

Asumiendo nuevos desafíos

Como señaló Dana, esta pasantía se vio interrumpida por un hecho inesperado: la crisis del COVID-19, que obligó a todos los estudiantes a llevar clases desde sus casas. “De forma inmediata, recibimos la indicación de acceder a las plataformas digitales de la Universidad Anáhuac. Esto nos ayudó a continuar con cada una de las actividades programadas, aunque ello nos privó de volver a las aulas en las que fui sumamente feliz. Sin embargo, quiero destacar que el mejor sistema de aprendizaje es el presencial. La posibilidad de consultar libros en una biblioteca, debatir con mis pares y absolver cualquier interrogante con los docentes en un entorno físico no tiene precio”.

Asimismo, destacó que la Universidad Anáhuac mostró una constante preocupación por su bienestar y el de todos los alumnos. “Cada semana recibíamos correos en los que pedían información sobre nuestro estado de salud. Si un estudiante se encontraba enfermo, le pedían detalles relacionados a los síntomas o sensaciones que experimentaba. También nos ofrecieron apoyo psicológico para enfrentar los días de cuarentena. Definitivamente mostraron gran empatía con nosotros”.

Afortunadamente, a fines de junio de 2020, Dana pudo retornar al Perú a través de un vuelo humanitario, lo que le permitió reencontrarse con sus seres queridos y continuar cumpliendo con el aislamiento social obligatorio.

A pesar de los momentos vividos a causa de la pandemia, Dana se queda con las innumerables conversaciones que sostuvo con sus nuevos amigos, los debates con sus profesores y los conocimientos adquiridos. “El intercambio académico me permitió conocer la evolución de la psicología en otras latitudes y consolidó mi crecimiento profesional”.

“Tras haber estudiado un semestre en la Universidad Anáhuac de México, puedo afirmar que el intercambio académico nos brinda nuevos horizontes con respecto a nuestro desarrollo integral”. Con estas palabras, Dana resume su experiencia en esta prestigiosa institución educativa.